México reafirmó su posición como el mayor mercado de exportación de bienes de Estados Unidos por segundo mes consecutivo, de acuerdo con datos del Departamento de Comercio estadounidense. Entre enero y septiembre de 2025, las ventas externas hacia México representaron el 15.57% del total, ligeramente por encima de Canadá, con 15.56%, un virtual empate que refleja la creciente fortaleza de la integración económica regional.
Este desempeño confirma la madurez de las cadenas de suministro norteamericanas. Desde 2023, México se mantiene como el principal proveedor extranjero de bienes para Estados Unidos, impulsado por sectores estratégicos como maquinaria, vehículos y autopartes, electrónicos, dispositivos médicos, acero, energía y granos. En conjunto, estas industrias constituyen la base de la competitividad de América del Norte en los mercados globales.
La creciente interdependencia también se refleja en el empleo. La evolución del trabajo manufacturero en México y Estados Unidos muestra una correlación estrecha, con ciclos de expansión y contracción prácticamente simultáneos. Esta sincronía obedece a redes compartidas de producción, un robusto comercio transfronterizo de insumos y una demanda regional alineada de bienes manufacturados.
El comercio bilateral sostiene millones de empleos. Según el Business Roundtable, el intercambio entre ambos países respaldaba 4.9 millones de puestos de trabajo en Estados Unidos en 2020, cifra que ha cobrado mayor relevancia ante el crecimiento de las exportaciones hacia México en los últimos cinco años, equivalente a un aumento de 100.5 mil millones de dólares.
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En México, los beneficios también son significativos. De acuerdo con datos del IMSS, los estados con mayor especialización manufacturera registran un salario base de cotización 15.4% superior al del resto del país, evidencia del papel de la manufactura de exportación como motor de empleo formal, mejores ingresos y mayor bienestar.
Con estos resultados, América del Norte consolida una plataforma competitiva basada en cadenas productivas profundas, empleo compartido y un mercado integrado que eleva la resiliencia económica regional.
